La Tasa Metabólica Basal es la cantidad mínima de calorías que un organismo requiere para sobrevivir. Es decir, se trata de la energía que consumiría una persona tumbada, en ayunas y en un estado de tranquilidad.
Esta tasa incluye el gasto realizado por funciones realizadas en reposo como pueden ser la respiración o la circulación de la sangre, y constituye, aproximadamente, entre el 50 y el 75% del Gasto Energético Total, en función de la actividad diaria realizada. Su valor es específico para cada persona e irá variando a lo largo de la vida.
El metabolismo basal puede variar en función de varios factores. Por ejemplo, cuantos más años tengamos y menor cantidad de kilogramos pesemos, menor será la Tasa Metabólica Basal. Además, los hombres suelen tener una Tasa Metabólica Basal mayor que las mujeres. La composición corporal también es un factor crucial, ya que una mayor cantidad de masa muscular elevará el metabolismo basal, debido a que es metabólicamente más activa que la masa grasa.
Asimismo, el cuerpo intenta mantener siempre un estado de equilibrio energético, por lo que en presencia de enfermedades o determinadas situaciones fisiológicas pueden alterar este componente. Tener fiebre o estrés, estar embaraza, realizar una restricción calórica aguda o tomar algunos tipos de medicamentos también pueden afectar a este valor.